Conmemoración de We tripantu. La noche más larga

No obstante la incesante transculturación estos ceremoniales han permanecido, pese a que los españoles impusieron la celebración de “San Juan”, sin embargo, el año nuevo mapuche no ha sido empañado y su llegada sigue significando el inicio de un nuevo ciclo de vida para el pueblo. Se espera el We Tripantu, respaldados por la creencia de que el cambio, regido por la Luna, provocaba el brote de los vegetales y la reproducción de los animales, inaugurando un nuevo período. El viejo ciclo, de siembras y cosechas se había terminado y la energía del Sol llegaría para aportar su energía a la naturaleza y a los humanos.
Las celebraciones del año nuevo mapuche, por ello, son celebradas con alimentos, juegos y tradiciones típicas del pueblo. Muday (licor de maíz fermentado), guiso de mote, chupe de piñón, multrun (galletas blandas de trigo, tortillas al rescoldo y pan con chicharrones son algunos de los alimentos consumidos. Sin embargo, las instancias más reveladoras de la noche se generan en la conversación compartida entre los kimche (sabios) y los niños. Al son de estas, la noche más larga parece corta. Lejos de las imposiciones del calendario gregoriano, el ciclo de renovación ha sido festejado por diversos pueblos originarios de América del Sur, a través de múltiples expresiones.
En Chile, el ritmo del kultrún y un juego de chueca marcan la llegada del nuevo tiempo de lluvias, que antecede a la época de brotes, y se espera que la Ñuke Mapu (Madre tierra), renazca de las lluvias con la esperanza de mejores tiempos. Son la esencia de estos mismos elementos los que de Depto de Cs Sociales coordina nuevamente, con la relevante bendición matutina de una representante de la etnia mapuche, junto a la gentil colaboración de nuestro cuerpo local de Boy Scouts o ex alumnos(as) quienes decoran el lugar y mantiene encendidas las piras donde los cursos de CCSP queman las malas experiencias del año pasado… Es nuestra versión sincrética del Solsticio invernal.